La confección y contemplación de nuestros mandalas tiene como beneficios prácticos aumentar la tolerancia al fracaso, desarrollar la paciencia, permitir que el alma se exprese, ayuda a despertar los sentidos, aflorar la intuición y meditar. Todo esto porque se cree que las figuras y colores traen mensajes de unas profundidades que nos pueden llevar a conectarnos con nuestra espiritualidad y como los mandalas emiten vibraciones, también nos apoyan en la energía que necesitemos potenciar o cambiar.


